Desde hace 135 años, la llegada de marzo marca el inicio de la zafra en las plantaciones de caña de ron Arehucas en la isla de Gran Canaria. La caña se recoge de manera manual en una finca propia de 6 hectáreas cercana al mar y protegida por las montañas.
Según nos cuentan, la zafra comienza cuando el maestro ronero certifica con su sacarómetro que la caña se encuentra en su momento óptimo y normalmente se extiende durante dos meses. La caña se corta rozando el suelo, se pela y se carga en camionetas. Durante el año, hay que regarla, abonarla y tratar las malas hierbas. Se trata de un trabajo durísimo que en nuestro país ya solo puede verse en las Islas Canarias, ya que en 2006 fue el último año que se hizo en Motril (Granada).
La caña se lleva recién cortada rápidamente a la destilería, que está muy cerca, ya que cada hora que pasa la caña cortada va perdiendo humedad y por tanto productividad. Fue un privilegio poder presenciar el pasado marzo la técnica de los cortadores, pasear por la plantación y poder probar con un trapiche portátil el jugo fresco de la caña recién cortada.
La destilería Arehucas
Más tarde seguimos con nuestro autobús a las camionetas que transportaban los fardos de caña hasta la destilería. Allí pudimos ver en acción un trapiche gigantesco que la procesa a gran velocidad. El bagazo -la parte seca que queda tras exprimir la caña y extraer el jugo- se utiliza como abono para la tierra. El jugo fresco se almacena en unos depósitos de 2000 litros donde se filtra y posteriormente se pasteuriza a 80 grados para evitar que las levaduras del ambiente arranquen fermentaciones indeseadas.
Pudimos oler también el pie de cuba, el pequeño tanque donde se realiza previamente la multiplicación de la población de levaduras. Así, estos hongos podrán acometer el enorme trabajo que tienen por delante, ni más ni menos que fermentar tanques de 31.000 litros de guarapo. Tras unas 36 horas, el jugo de caña fermentado tiene ya 8% Alc. Vol. Es el momento de comenzar la destilación en las altas columnas que pueden admirarse tras un cristal. El aguardiente se destila solo hasta un 70% Alc. Vol. para que retenga la mayor cantidad de congéneres de la materia prima y de la fermentación.
El aguardiente que sale de las columnas se rebaja y se mete en barricas de roble blanco americano donde pasará unos años reposando en su bonita bodega. Esta cuenta con un parque de más de 4200 barricas en las que añejan unos 1,2 millones de litros. Algunas de ellas están pintadas y firmadas por artistas, escritores, cantantes, famosos y bartenders; una de las atracciones que llevan a más de 100.000 personas a visitar la destilería Arehucas cada año. Arehucas tomó su nombre en los años 40 de la denominación prehispánica de la ciudad de Arucas, donde se encuentra la destilería.
Tras la visita guiada por el brand ambassador de la marca, Óscar Lafuente, pudimos probar la gama de productos Arehucas: 7, 12 y 18 años, Blanco Selección Familiar y Capitán Kidd Reserva 30 años.