La moda de los destilados «healthy» llega a España intentando capitalizar los deseos de un tipo de consumidor preocupado por su línea y ávido de propuestas sin azúcar, sin transgénicos y con menor carga alcohólica; un consumidor que se está dejando seducir ya por propuestas similares al exitoso White Claw americano y las hard sodas. Respondiendo a esa necesidad llega al mercado Gin Olivia, una bebida espirituosa que se presenta como «The-Better-For-You-Gin». Aquí nos gusta probar de todo aunque no comulguemos con esos postulados «healthy». Os contamos de qué va esta marca y qué nos ha parecido.
Gin Olivia – la marca
La botella presenta el producto como un gin liqueur premium. En realidad es una bebida espirituosa, ya que no tiene graduación suficiente para ser una gin (tiene menos de 30 grados) y tampoco es un licor al no tener azúcar. Lo de prémium ya sabemos todos que no es una categoría legal y que se pone con fines marketinianos o para marcar gamas superiores de producto, siempre según el criterio del propietario. Entendemos que la denominación gin es para que el consumidor final entienda qué está comprando pero creo que llamarlo liqueur puede contradecir una de los principales ventajas del producto: la ausencia de azúcar.
La gama de Gin Olivia cuenta con 3 sabores (naranja, fresa y menta+pepino). El diseño de la etiqueta es muy divertido y juvenil y trata de impactar a un público «femenino» y optimista. La botella es achatada y redondeada en contraposición a las clásicas botellas estrechas y con hombros altos que se llevan en destilados más potentes y envejecidos.
El producto
La marca nos cuenta que el proceso de producción es similar al de una ginebra saborizada -macerando los botánicos en un destilado neutro- solo que lo diluyen con agua a una graduación inferior a la habitual. Al hacer esto, el poder estabilizante del alcohol se reduce por lo que dicen que utilizan más frutas, botánicos y esencias naturales para lograr un aroma y sabor potentes.
La base alcohólica es de grano sin manipulación genética, una de las características que destacan en la etiqueta junto a la ausencia de carbohidratos, azúcar y saborizantes artificiales. También hablan de su bajo contenido calórico. Declaran que «según el Centro de Enseñanza Superior de Nutrición y Dietética (CESNID), una copa de vino blanco de 150 ml tiene 105 calorías y aproximadamente 3 gramos de carbohidratos. Una copa de 45 ml de Olivia con tónica zero, tiene 93 calorías y 0 gramos de carbohidratos».
Catando Gin Olivia
Los tres productos tienen aromas y sabores muy potentes y persistentes aunque bastante planos. En los tres el enebro brilla por su ausencia así como los otros botánicos que declaran en su composición. Los tres saben y huelen a lo que pone en la etiqueta: naranja, fresa y menta+pepino. La potencia y persistencia del aroma pasado mucho tiempo responde al uso de las esencias naturales que utilizan, que predominan mucho en el producto. Se agradece la falta de azúcar y el alcohol utilizado es bastante suave y de calidad.
Para mí el más interesante para un gin-tonic es el de pepino y menta, una combinación que le da algo de complejidad y que resulta un trago refrescante, ligero y muy veraniego. El de naranja nada más abrirlo tiene algo de olor y sabor a medicina, pero tras unos días abierto mejora y se acerca bastante al de una fruta natural. El de fresa me parece el más artificial, y es que es un sabor muy difícil de lograr.
Al mezclarlos con tónica, sorprende la persistencia de sabor y aroma a pesar de la dilución. El de naranja es bastante interesante para los que les guste mucho esta fruta. Gana mucho en frescor y naturalidad al incorporar un twist de piel de naranja, ya que los aceites esenciales que hay en la piel ayudan a nuestro cerebro a identificar la fruta como vimos en el post sobre el zumo perfecto. El de fresa necesita de algún ingrediente adicional que le de algo de contraste y complejidad; dejo a los bartenders el pensar qué le iría mejor. Según François Chartier, la fresa marida muy bien con piña, albahaca, jengibre, limón o romero. Habrá que probar.
Conclusiones
Gin Olivia es un producto que puede llegar bien a un tipo de consumidor que quiere beberse una copa pero sentir que a pesar de todo cuida su línea. La copa que te tomas con tus compañeros de gimnasio o padel. Creo que puede funcionar muy bien en coctelería para tragos largos, utilizándolo a la manera de un vodka saborizado, ya que le da un punch alcohólico ligero a la mezcla y un sabor básico como hilo conductor del cóctel.
En combinado, funciona con tónica, agua con gas o kombuchas, pero necesitan de algún elemento extra para darles profundidad. Le puede gustar mucho a los que siguen queriendo pedirse un gin-tonic en un bar o fiesta pero en realidad no disfrutan mucho de una ginebra clásica London Dry. Y por supuesto, si sois de los que beben Puerto de Indias, creo que es tiempo de pasarse a otra ginebra no-ginebra como Gin Olivia, os ahorraréis esa carretada de azúcar que tiene la primera y seguiréis disfrutando de un combinado amable, sencillo y frutal.
Fotos: josemarmol.es