Unos pocos afortunados celebrarán este año su cena de Nochevieja en el Hotel Wellington, uno de los 5 estrellas más elegantes de Madrid. Preciosos arreglos florales, música en directo y un menú de 450 euros diseñado por el chef Javier Librero y el maître Giovanni de Virgilio son algunos de los elementos que convertirán esta fiesta de fin de año en algo inolvidable.
Hace unas semanas, tuvimos la suerte de ser invitados a una degustación del menú que se servirá en la cena de este año. Una oportunidad de saber qué se siente, qué se come y qué se bebe en este tipo de celebraciones tan especiales. El entorno, la hospitalidad y el obsesivo cuidado por el detalle del equipo de cocina y sala son magníficos. Pero sin más dilación, ¿cuál será el menú de este año?
Cena de Nochevieja del Hotel Wellington
La cena comienza con un aperitivo (ostra thai, cuajada de foie del pato al armañac y delicia crujiente de carabineros) servido en un único plato y acompañado de champán Taittinger Brut Reserve.
A continuación, el menú arranca con unas magníficas vieiras asadas con caviar y zanahorias Vichy. El punto de cocción, la textura y la melosidad de las vieiras era perfecto. Después, llegó el primero de los platos principales, un lomo de besugo con cítricos, patatas y compota de chalotas maridado con vino blanco Pazo de Santo Mauro (D.O. Rías Baixas).
Tras el pescado, se sirvió un sorbete de naranja sanguina al champán. Estaba realmente bueno y nos preparó el paladar para el plato fuerte de la velada: el centro de solomillo con salsa de trufas, peras al vino y patatas delfín. La carne se deshacía en la boca y la salsa era exquisita. El complemento perfecto fue un magnífico vino Château Courlat Cuvée Jean Baptiste de la DO Lussac Saint-Emilion. Apuntaos este vino, porque tiene un precio muy razonable y puede ser una buena adquisición para las celebraciones navideñas.
Ya era hora de empezar con el postre, así que sirvieron un nougatine de frutos secos y cítricos con helado de gianduja. Nunca había comido este tipo de postre y me sorprendió gratamente. Lo acompañamos con otro champán, el Laurent-Perrier Grand Siècle, que da nombre al Bar inglés del Hotel Wellington hasta el 15 de enero. Este lujoso champán también sirvió para brindar después de tomar las 12 uvas. Los cafés, una parte que descuida en muchas ocasiones, eran de gran calidad y los presentaron junto con un surtido de dulces navideños.
Nosotros terminamos aquí, pero en Nochevieja la música continuará durante toda la noche, con un picoteo sobre las tres de la mañana para reponer fuerzas y una barra de copas prémium.
La experiencia de celebrar en el Hotel Wellington
Al margen del excelente menú, que tenía la cantidad ideal de comida y platos diferentes para no empachar, todos los detalles estaban cuidados al máximo. Los arreglos florales diseñados para la ocasión, la música de jazz en directo, el cotillón -que parece una tontería pero que, sin embargo, nos contaron que supone muchas horas de trabajo elegir uno que tenga calidad suficiente-, el ritmo de servicio -en ningún momento tienes la sensación de prisa ni de excesiva pausa entre platos-… Todo funciona como un reloj, lo que es esperable en un hotel de este nivel pero que aún así merece la pena reconocer.
Un detalle que a mí me faltó es incluir en el maridaje algún tipo de destilado o cóctel, al menos como opción a tantos vinos y champanes. Sabemos que en España no hay costumbre de comer con destilados y coctelería pero en una ocasión tan festiva sería interesante ofrecer por ejemplo algún armañac, coñac, licor, eau de vie o whisky en pequeñas dosis para acompañar algunos de los sabrosos platos o tomar de aperitivo o postre. Al menos presentar la opción puede generar curiosidad en el comensal por probarlo.
El precio, 450 euros y 200 para los niños, es lógicamente un factor disuasorio para mucha gente. Aquel que quiera disfrutar de la «experiencia Wellington» a un precio inferior, puede reservar la cena de Nochebuena. Por 220 euros, incluye platos tan suculentos como la angula ahumada con pico de gallo, el suquet de cigalas o el rulo de cordero lechal asado y parmentier de oloroso. Todo ello, maridado con una selección de champanes, vinos y jereces.
En Navidad, Año Nuevo y Reyes, cuentan también con lo que ellos llaman Gran Buffet, que consta de una degustación de platos del chef Javier Librero, música en vivo y animación para niños. En estos casos, el precio baja a 130 y 95 euros en función de la fecha.
Muchas gracias al equipo del hotel por permitirnos vivir esta gran experiencia y por su grata compañía y conversación durante la comida. Desde luego, es algo para recordar.
Fotos: unpocodemaldaz.com
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