Las Islas Canarias no son solo un paraíso por su naturaleza, sus playas, su ecosistema o su variedad de paisajes, además cuentan con una gran tradición artesana, producto de la fusión entre la cultura aborigen y la de otros pueblos a lo largo del tiempo.
Canarias ocupa un lugar destacado en la industria ronera mundial elaborando unos destilados que combinan siglos de tradición con la extraordinaria calidad de la materia prima de una tierra única, ya que las primeras cañas de azúcar sembradas en América partieron desde las islas hacia las Antillas en el segundo viaje de Cristobal Colón al llamado Nuevo Mundo en 1493, y en enero de 1494 fecundaron las primeras plantas.
Basándose en esta premisa y para profundizar en esta tradición de siglos el equipo de Atelier viajó hasta la maravillosa Isla de La Palma durante la temporada de la zafra para conocer en primera persona cómo producen Ron Aldea. Cuatro generaciones más tarde, la Familia Quevedo mantiene vivo el espíritu de elaboración artesanal de los primeros maestros roneros, continuando con “la destilación directa” del jugo de caña así como el mismo alambique que utilizaban en sus comienzos en 1936, como clave para mantener intacta la calidad a lo largo del tiempo.
Raimondo Palomba, creador y bar manager del cocktail bar Atelier, ubicado en la exclusiva 8º planta de Bohemia Suites & Spa (recientemente galardonado por los premios a la excelencia Conde Nast Johansens en la categoría Mejor Servicio) es pionero en utilizar Ron Aldea en sus cocktails, un ron palmero que se sigue elaborando de manera tradicional, como se hacía a principios de siglo.
La filosofía de Atelier es mantener el espíritu del maestro artesano y plantear un espacio en el que fusionar las distintas artes; partiendo de la coctelería, a la cocina, la repostería o la artesanía, siendo “una nueva y diferente forma de expresarse”. Un espacio donde la modernidad y la tradición convergen a través de un nuevo concepto: la figura del artesano de la mixología, donde cada una de sus elaboraciones está hecha a medida como en un atelier y tal y como se entendía antiguamente: Un lugar para todos, residentes y visitantes, donde el cliente es lo más importante.
El conocimiento de los productos locales y las pequeñas realidades de estos productos artesanales son experiencias auténticas en las que hay mucho más detrás; una historia que contar, pasión, tradición y ese factor humano detrás de las cosas. En esto se basa su nueva carta “Diario de un Bartender”, donde cada cocktail cuenta una historia y es un concepto en sí mismo y todo juega un papel fundamental: la elección de la materia prima, la presentación, el maridaje o las elaboraciones, que son realizadas artesanalmente. La experiencia del cocktail no debe terminar en el trago, se sigue completando a través de la evolución de los sabores gracias a los maridajes y conseguir una experiencia completa estimulando también el oído, la vista y el tacto a través de cada detalle: la atmósfera, la música, las vistas, los olores y en la figura del bartender.
Imágenes y vídeos cedidos por Atelier.
Texto: Beatriz Díaz.