Desde hace varios años la AMAVI (Asociación de mujeres amantes de la cultura del vino) organiza catas para analizar los gustos y hábitos de consumo de vino de las mujeres españolas. Este año participé en el estudio, para el que se congregó a más de 200 mujeres en el hotel Villa Real de Madrid.

Primero nos impartieron una cata formativa donde explicaron los pasos que hay que seguir para catar un vino. Después nos distribuyeron en mesas de 8 personas y nos sirvieron un vino de cada una de las categorías que se valoraban: tinto, rosado, blanco, espumoso, dulce y generoso. Cada mesa cataba una marca diferente dentro de la categoría para que las conclusiones fueran más transversales y no sesgadas por una bodega concreta. Los vinos a catar los había elegido previamente un panel de mujeres profesionales de la enología.

De cada vino, sin saber ni procedencia ni bodega, teníamos que puntuar el aroma, el sabor, la persistencia… pero siempre desde nuestros gustos personales y no desde criterios “objetivos”. La fichas se recogían y firmaban por la presidenta de cada mesa para garantizar el anonimato.

Las mujeres convocadas eran de perfiles variados: el 75% se distribuía equitativamente entre los 30 y los 60 años y la mayoría eran universitarias y trabajadoras (ya sea por cuenta ajena o autónomas). El 90% declararon consumir vino diariamente o 1-2 veces por semana, tanto en casa como fuera y el 75% dijo ser la que se encarga de su compra en el hogar. Este sesgo explicaría bastante los resultados del test.

Conclusiones

El 46% prefiere vino tinto, seguido del 28% que prefiere el blanco, el 12% espumoso, el 6% el rosado, el 5% el vino dulce y el 3% el generoso.

– Más de la mitad de las mujeres escogen el vino por su Denominación de Origen.

– Las Denominaciones preferidas son Ribera del Duero con un 22%, Rioja con un 20% y Rueda con un 12%.

– Montilla-Moriles, Cigalés, La Mancha, Jerez y Navarra son las Denominaciones que menos escogen las mujeres cuando compran un vino.

Sin embargo, podemos decir que estas conclusiones no se puede extrapolar sino que corresponden a mujeres que son bebedoras habituales de vino. Siendo como es un sector que pierde consumidores año tras año en aras de la cerveza, sería interesante hacer otra cata con mujeres que no beben vino para saber qué les podría gustar y cómo conquistarlas, especialmente a las menores de 35 años. Podría ofrecer unos interesantes insights para mejorar las cifras de un sector que no consigue seducir al público joven a pesar de que España es el tercer productor del mundo (en volumen, que no en valor).

Foto cedida por la organización.