El resultado de esta colaboración es un evento a medio camino entre la performance, un menú degustación y una gymkhana. Tiene lugar tres veces al día entre el 18 y 29 de mayo en el Palacio de Gaviria de Madrid. Las entradas se pueden conseguir en Ticketea por unos 30 euros, todavía hay algunas disponibles.
El evento se inspira en el viaje de Ulises a Ítaca y está planteado como un recorrido por 6 ciudades (Bangkok, Bombay, Venecia, Nueva York, Londres y un lugar que prefiero no desvelar para mantener el efecto sorpresa). Lo interesante del asunto es que la experiencia no sigue un orden concreto, sino que cada visitante tiene que elegir qué salas visitar y qué hacer en ellas, ya que dispone solo de 50 minutos. En ese tiempo, es casi imposible probar los diez cócteles y comer en los puestos aunque vayas rápido y tengas suerte, así que es necesario ir eligiendo sobre la marcha sabiamente.
En las salas hay actores que interactúan con los visitantes, algunos carros de comida y las barras, donde los bartenders explican a cada grupo los ingredientes y la inspiración detrás de cada cóctel. A los 50 minutos, suena una tormenta y todos los visitantes deben dirigirse a la salida, donde hay una barra y un ambiente más convencional.
Los cócteles tienen un carácter muy gastronómico, con técnicas e ingredientes más habituales en los platos que en las copas: setas de agua, huevas de pez volador, espagueti de sepia, aceite de trufa o bottarga de atún rojo. Las combinaciones son muy complejas y encuentran la inspiración en los platos y sabores de cada uno de los países que recrean. No os cuento más para no destripar la experiencia, en la que el factor sorpresa es importante.
Sin embargo, os dejo algunos consejos:
– Intentad aprovechar el tiempo al máximo. No os entretengáis hablando o siguiendo a la gente en masa, buscad aquellas salas con menos cola, ya que el servicio es lento por la propia naturaleza de los cócteles y la explicación que los acompaña.
– No hay que estresarse pero hay que ser rápido en todo lo que depende de uno mismo. Ya hablaréis de vuestras cosas después. Bebed rápido, avanzad rápido y tomad decisiones rápido. Pero dejad que los bartenders se tomen su tiempo y disfrutad de sus explicaciones y su trabajo.
– No os perdáis los cócteles de Bangkok, para mí los más logrados de sabor de entre los que pude probar. Y para refrescaros, probad el cóctel de la copa balón gigante en la sala de Venecia.
– Organizaos para visitar todas las salas y ver la presentación de las copas, la decoración y el espectáculo. Merece la pena reservar algo de tiempo para ver los vasos en los que se sirven algunos cócteles.
– Las fotos están prohibidas así que, por una vez, guardad el móvil y concentraros en ver las cosas en directo y no detrás de una pantalla. Además, dejar a un lado los filtros de Instagram ahorra mucho tiempo.
En definitiva, aunque la experiencia se hace un poco corta y da rabia no llegar a todo en 50 minutos, merece la pena ser parte de BeefeaterXO. La fusión entre coctelería y espectáculo interactivo da mucho juego y espero que veamos más adelante otras iniciativas similares. Para mi gusto, algunos de los cócteles están un poco forzados de sabor y no me los tomaría en un local convencional, pero acompañan muy bien a la representación y encajan en el storytelling del evento. Y hasta ahí puedo leer…
Fotos: Cedidas por la marca.
